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¡Resultados del estudio sobre desafección política ciudadana en Vitoria-Gasteiz!

Queremos ser un puente para reducir la desafección política. Y queremos afrontar este desafío desde nuestros municipios y pueblos, porque estamos convencidos de que en el ámbito local es más fácil entendernos y propiciar cambios globales. Por eso, las personas que integramos el Comité Técnico de CLIP Vitoria-Gasteiz, proyecto piloto de Ciudades Laboratorio de Innovación Política, pusimos en marcha un estudio para medir la confianza, el interés y la participación de la población vitoriana en la política municipal. Nuestro objetivo era obtener una radiografía lo más rigurosa posible para, sobre ella, comenzar a trabajar en acciones concretas. Y ya la tenemos. Los resultados no nos han sorprendido, pero han reforzado nuestras ganas de aglutinar a quienes desean rebajar tensiones, crear espacios de colaboración y recuperar el sentido de la política como servicio público. Vivimos una situación crítica, pero también estamos ante un momento de oportunidad.


El estudio se planteó sobre cuatro propósitos: determinar la valoración de la situación política municipal por parte de la ciudadanía de Vitoria-Gasteiz, diagnosticar su nivel de confianza respecto al Ayuntamiento como institución, a los representantes públicos y a los partidos locales, conocer su nivel de interés por la política municipal, analizar los posibles causantes de la desafección y descubrir su participación en la sociedad civil organizada de la ciudad. La metodología utilizada fue la encuestación telefónica, con un cuestionario de preguntas abiertas y cerradas, a una muestra de 400 personas mayores de 18 años representativa de la realidad vitoriana teniendo en cuenta las variables de edad, género y barrio de residencia. Se realizaron entre el 11 de octubre y el 14 de noviembre, periodo de tiempo que debe ser susceptible de análisis de cara a posteriores estudios por la especial situación política que estaba atravesando España.


Respecto a la valoración de la situación política de Vitoria-Gasteiz, la mitad de las personas entrevistadas tiende a calificarla como “regular” y dos de cada diez como “mala o muy mala”. Para el 28% es “buena” y para el 2%, “muy buena”, siendo las personas mayores de 60 años las más positivas. Igualmente conviene reseñar que la valoración de la política municipal es más benevolente que hacia la estatal: un 10,9% de los gasteiztarras califica de mala la local respecto al 33,4% que, según el último informe del CIS, define así la española.



El nivel de confianza de la población varía en función de a qué parte del entramado político municipal mire. Los gasteiztarras confían sobre todo en el Ayuntamiento como institución, situando su grado de confianza media en un 3,2 en una escala del 1 al 5 (donde el 1 es que confían totalmente en la institución y 5 nada). Contamos por tanto con un porcentaje del 30,1% que mantiene la fe, pero con una mayoría de personas encuestadas que o bien se muestra neutra respecto a su confianza (27,7%) o, directamente, afirma recelar por completo de la institución (38,4%). El panorama empeora cuando se pregunta por los representantes públicos del Consistorio y, más aún, si lo hacemos de los partidos locales. Respecto a los ediles, solamente un 14,1% afirma confiar en ellos bastante o mucho, porcentaje que disminuye aún más, al 10,1%, en el caso de las formaciones políticas. En todos los casos, las personas jóvenes son de nuevo más suspicaces.

En cuanto al nivel de interés por la política municipal, cabe destacar que casi cuatro de cada diez gasteiztarras aseguran tenerlo alto, mientras que el resto se divide casi por igual entre aquellos que muestran un interés medio y un interés bajo o muy bajo. También en este indicador se observa cómo la implicación es mayor entre las personas de más de 60 años y por el contrario, cómo los menores de 40 muestran más pasividad. Otro dato reseñable, que se extrae al cruzar los resultados de este apartado con el de desafección, es que las personas que más interés muestran son aquellas que se consideran más optimistas respecto a la situación de la ciudad, mientras que, al contrario, las que menos interés muestran son las más críticas con la política local.


Al ser preguntadas por las causas de la desafección, las personas entrevistadas destacan especialmente “anteponer el interés personal al bien común”. En un nivel similar, pero por debajo de la ya citada, se sitúa la falta de credibilidad de los políticos y, en tercer lugar, la corrupción, el fraude y el amiguismo. Hay otras dos cuestiones que también genera un nivel de desafección importante, aunque en algo menor medida que las ya citadas: el incumplimiento de los compromisos y promesas, y el nivel de crispación y de acuerdo.


Teniendo en cuenta que el interés por la política municipal es alto, pero también la desconfianza y el descontento, la participación de la ciudadanía en la sociedad civil organizada resulta anecdótica. Sólo el 14,5% participa en asociaciones, ONG, partidos políticos u otros órganos, menos de la mitad de estas personas lo hace con mucha o bastante frecuencia, y una vez más los jóvenes arrojan las cifras más bajas.


A la vista de los datos, desde CLIP consideramos que existen cuatro ejes estratégicos sobre los que trabajar: percepción de la situación política, partidos, participación y juventud. Que la percepción de la política local sea mejor que la del Estado justifica la creación de un laboratorio a nivel ciudad-territorio: es más fácil abordar la desafección, propiciar acuerdos, dignificar la política y generar valor público desde las administraciones más cercanas. Sobre esa base, las acciones diseñadas por CLIP deberán ir orientadas a todos los agentes implicados en este reto (cargos públicos, personal técnico y sociedad civil) mediante encuentros y dinámicas colaborativas que busquen generan propuestas en distintas áreas para reducir la desafección, dignificar la política y trabajar por el bien común en nuestra ciudad.


En cuanto a los partidos, los datos muestran inequívocamente que en el núcleo de nuestra democracia, el vínculo que debía unir a ciudadanía y partidos, se ha producido una ruptura. Este contexto, el más difícil para CLIP, obliga a plantear un debate profundo sobre el papel de los partidos como engranajes del sistema y reunir a todos los agentes para proponer soluciones contra el descrédito general, pues la crisis actual es un caldo de cultivo para los populismos y la personalización de la política.


La participación ciudadana es clave para un sistema más democrático y transparente. Teniendo en cuenta los resultados de la encuesta, creemos que CLIP puede verse como una oportunidad para terminar de diagnosticar entre todas y todos las causas reales de la falta de participación ciudadana y de qué maneras sería posible aumentar dicha implicación. Apostamos por analizar la situación para su mejora, indagar en otras experiencias y crear nuevas herramientas teniendo en cuenta tres variables que aparecen en el estudio: la supuesta falta de tiempo, la visibilidad de la acción política como algo que no influye en el día a día del ciudadano, y la inefectividad o desinterés de los actuales canales de participación. Asimismo, consideramos interesante ahondar en el hecho de que la gente que dice tener más interés por la política es la más positiva con la situación de la ciudad. Queremos saber si un mayor o menor nivel de interés e información del ciudadano condiciona la percepción posterior acerca de la situación política general, o si bien, el estar desinformado y con poco interés es una situación ya provocada por el hecho de considerar esta situación como mala y haber perdido totalmente el interés.

Por último, queremos focalizar la atención en la juventud. Las personas jóvenes son las menos interesadas, las más desafectas y las menos participativas, pero son ellas las que en un horizonte no tan lejano tendrán el devenir de la ciudad en sus manos, en un futuro marcado por los retos de la Agenda 2030. Resulta fundamental ir donde están los jóvenes, escucharles, explorar las oportunidades de las nuevas tecnologías para aumentar la comunicación y conseguir que se perciban como los futuros protagonistas del municipio.


Sobre estas bases, en enero comenzarán los primeros talleres. La definición de temáticas concretas a partir de los ejes fundamentales, la configuración de grupos y el diseño de acciones dependerá siempre de la respuesta y debate de las personas participantes.“Por eso, hacemos un llamamiento a la participación de representantes públicos, de personal técnico, de ciudadanía organizada y particulares. Los municipios y territorios tenemos un papel protagonista para afrontar los retos del futuro, para transformar nuestro modelo político, social, económico y medioambiental. Y Vitoria-Gasteiz cuenta con mimbres suficientes para dar el paso y ser ciudad protagonista en la reducción de la desafección.



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