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Un CLIP para unirnos ante la desafección política

Existen en la política española males endémicos que provocan desafección y apatía entre los ciudadanos. Abundan y sobran las promesas incumplidas, la corrupción, el postureo o los exabruptos. Los vecinos de nuestra ciudad no son ajenos a esos males y desconfían de sus representantes públicos. En CLIP Vitoria- Gazteiz, proyecto piloto de Ciudades Laboratorio de Innovación Política, hemos realizado una encuesta a partir de una muestra representativa de la población gasteiztarra que ofrece datos más que reveladores.

El 70% de los vitorianos considera que la situación política local es regular, mala o muy mala. Cuatro de cada diez ciudadanos confía poco o nada en sus representantes; una percepción que es todavía más negativa entre los más jóvenes. Los peores parados son los partidos políticos locales, ya que sólo un 10% de los encuestados confía mucho o bastante en ellos. Estos datos son sensiblemente mejores que los que arrojan las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas acerca lo que ocurre en el conjunto de España, pero nos parecen igualmente preocupantes.



Cuando se les pregunta por los motivos de la desafección hacia la política, las personas entrevistadas destacan en primer lugar “anteponer el interés personal al bien común”, sitúan como segunda causa “la falta de credibilidad” de los representantes y, en tercer lugar, señalan la corrupción, el fraude y el amiguismo. También generan desinterés entre los ciudadanos otras cuestiones como el incumplimiento de los compromisos y el nivel de crispación del debate público.


La desafección suele desembocar en el pasotismo. La participación de los vitorianos en organizaciones de la sociedad civil resulta casi anecdótica. Sólo el 14,5% de los encuestados participa en asociaciones, ONG, partidos políticos u otros órganos. Menos de la mitad de estas personas que participan lo hace con mucha o bastante frecuencia. Y una vez más las cifras más bajas se dan entre los vecinos más jóvenes.

Cuando uno lee estos datos, tiene básicamente dos opciones: una es caer en la crítica fácil o la resignación, con argumentos como “todos los políticos son iguales” o “la política es un negocio”; la otra es intentar hacer algo para mejorar las cosas. En CLIP apostamos decididamente por la segunda opción. Somos un grupo heterogéneo de personas que cree en la política como herramienta para mejorar la vida de los ciudadanos.

No somos partidistas ni formaremos partido alguno en el futuro. No hemos nacido para arremeter contra el equipo de gobierno (formado por PNV y PSE) ni para ningunear a los grupos de la oposición (Bildu, PP y Podemos) ni para defender unas siglas determinadas. Queremos trabajar con todos los grupos municipales desde una perspectiva abierta y colaborativa. Sin sectarismo ni prejuicios ni intereses particulares en juego. Nos hemos unido para mejorar la política vitoriana. Y aspiramos a unirnos con más partidos, más colectivos y más ciudadanos para caminar de la mano. Ayudar. Construir. Integrar. Dialogar. Aprender.


Sólo somos, en suma, vecinos de esta ciudad con ganas de ayudar a los cargos públicos para buscar el bien común con una actitud positiva y desde una óptica que aboga por preservar el mundo en que vivimos. Creemos que la política local es el espacio donde los partidos tienen más posibilidades de aparcar sus diferencias para trabajar juntos. Para ser colaboradores y no enemigos. Para aumentar los cauces de participación de los ciudadanos. Para dignificar la política. Y para reforzar nuestro sistema democrático. Hemos nacido para empujar a unos y otros en esa dirección. Sabemos también que la tarea que hemos emprendido no es sencilla, pero tenemos la ilusión necesaria para vencer las resistencias que se presenten y para propagar esta forma de conducirse en la vida pública. Cometeremos muchos errores pero esperamos que nos sirvan para hacerlo mejor.

Por ahora, además de la citada encuesta sobre la desafección, hemos realizado un concienzudo análisis de los programas electorales con los que se presentaron a las elecciones municipales del pasado mayo los partidos con representación en el Ayuntamiento. El prisma que utilizamos fue el grado de relación de los citados programas con los conocidos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que estableció la ONU. Una de las conclusiones de ese estudio es que los diferentes partidos están de acuerdo en más propuestas de las que pudiera parecer (e incluso de lo que los propios partidos puedan imaginar).


De dicho estudio sacamos otras lecciones menos edificantes, justo es decirlo, pero preferimos poner el acento en los aspectos positivos. Porque sólo con esa mirada limpia, innovadora y cooperativa podemos aportar algo para mejorar la política vitoriana. Y ese es nuestro único objetivo. Nada más y nada menos.



Alberto Lardiés

Periodista

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